Chick Corea: el duende del piano en Argentina

El pasado 9 de febrero de 2021 nos dejaba este gran artista. Lo recordamos con esta entrevista realizada por la revista «El Musiquero» con motivo de su visita a la Argentina en 1991.

NOTA: la entrevista original y completa fue publicada en la prestigiosa revista El Musiquero (número 55) del 21/3/1991, páginas 24 a 28.
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La vez anterior pisó la Argentina con una bocha de cables de todo tipo, MIDI, audio y otros. Ahora no trae nada, solo a él mismo, su talento, su personalidad, toque, música y estilo. O sea, quizás más que la vez anterior. Está bien que es Corea pero, ¿Quién lo entiende a este ahora?

Todo artista de jazz es conocido por su trayectoria y por la actual vigencia de sus trabajos. Sin embargo, los más respetados, los más conocidos, son los que de alguna manera han abierto la brecha, han agarrado parte del arado para hacer una raya más, un surco, a la tierra de la música. ¿Cuál ha sido el surco de Corea (suena rara esta frase sin el nombre Chick) a la música de este globito?

Así como a Robert Moog se lo llama socarronamente “el culpable de todo lo que pasó después”, a Corea se lo puede poner paralelo ya que ha sido un poco bastante al primer impulso o creador del llamado Jazz-Rock, la combinación de la contundencia rítmica del rock combinada con la exquisitez y la sutileza de las armonías y el lenguaje armónico-melódico de las músicas de jazz.

El grupo se llamaba Return To Forever y, si bien comenzó en una onda latin suave, la formación siguiente (con Lenny White en batería, Stanley Clarke en bajo, Al Di Meola en guitarra) logró plasmar álbumes como Where I have Known you before? que allá por el 74 despeinó toda peluca posible con un álbum de los memorables […]

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Escuchando lo impresionante que suena la Elektric Band y teniendo en cuenta que hay sonidos y timbres que han sido específicamente usados para los arreglos, me pregunto ¿te lleva mucho tiempo la cuestión de programación o tenés un técnico que hace esa tarea?

— Trato habitualmente de hacerlo. A veces es solo una cuestión de tiempo y le dedico unas tres o cuatro horas a programar mis propios sonidos. Trato de basarme en un sonido que pueda inspirarme y que de allí salga, por ejemplo, una composición. Es que hago todo el trabajo, escribiendo la música, arreglando, ensayando con la banda, entonces no tengo mucho tiempo para meterme profundamente con aspectos de ese tema. Por eso tengo gente que trabaja conmigo como Mick Thompson (además su técnico de sonido y piloto MIDI en las performances con la Elektric Band) que me ayuda no tanto en la programación de timbres sino en el diseño MIDI del sistema. También hay otros muchachos muy expertos y creativos en programación, como por ejemplo Bob Rice, que trabajó para mí en “Light Years”, después se fue con Michael Jackson y ahora volvió conmigo nuevamente. Es realmente un genio.

¿No es el mismo que trabajó con Frank Zappa en “F.Z. Meets Mothers of Prevention” y “Jazz From Hell”?
— Exactamente. Es él. Sin embargo he logrado ser bastante bueno en programación. La cosa es, cuando uno tiene un instrumento nuevo, aprender a manejarlo rápidamente porque seguramente aparecerán otros nuevos instrumentos también. Ahora estoy arriba del nuevo Yamaha SY-99, me dieron a probar un prototipo y estoy haciendo un demo con él.

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¿No sentís que alguna gente del jazz, digamos “tradicional” o aquel público de tus primeros discos o trabajos con piano acústico te rechaza por usar esta tecnología?
— No, debido a que la gente, aun cada persona individualmente, va pasando por cambios, y cuando uno descubre que gusta de algo, debe ser “dejado libre”. En otras palabras: cuando a alguien le gusta algo de una forma especial, esto debe ser dejado libre. Por eso yo defiendo tanto mi derecho –como el de cualquiera– de gustar de lo que les plazca. Te dicen muchas cosas: “no me gustan los sintetizadores”, “tu música es muy complicada para mí”, “los solos de piano son aburridos”, pero yo los respeto, debido a que pueden ser cosas que yo digo cuando soy el que escucha.

En la relación con tus músicos ¿No existen fricciones debido al hecho que se convierten en conocidos y/o famosos por ser parte de tu grupo?
— No. Porque tengo una filosofía personal…. ( Continúa )

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