Horacio Fontova

Folclore con humor: El referente indiscutido del humor, incursiona firmemente en la música folclórica.


NOTA
: la entrevista original fue publicada en el periódico “El Palenque” Número 62 (Agosto 2008), Pág. 12. Autor: Claudio Pereyra.
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— Maestro Horacio Fontova: un gustazo compartir este momento en tu casa…
— Igualmente… el agradecimiento a toda la gente de El Palenque, para vos. Para mí es un placer, es un honor poder ser parte de ésta hermosa revista.

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— ¿Cómo andás “Negro”?, ¿Qué estás haciendo?
— Música… pura música… ya estamos por empezar a grabar el nuevo laburo que se va a llamar, “Folkloreando y otras yerbas”, bueno a donde estamos con el trío: José Ríos en bajo y el “Puqui” Maida en batería y ahí vamos a hacer algunos temas míos de ritmos folclóricos, un poco más delirante. Nos gusta hacer los viejos clásicos: “Zamba de mi Esperanza”, “La Nochera”, “Luna Tucumana”, “Paisaje de Catamarca”… todos esos temas que cuando vos empezás a cantarlos: los canta todo el mundo, que están enraizados en la gente, los grandes clásicos. A nuestra manera y con sumo respeto, no los deformamos para nada. Lo que sí, es que los armonizamos de distinta manera, pero no es una locura. Lo que tratamos es que tenga lo que yo siempre digo: “corazón y huevo”: que las chacareras y zambas suenen bien pasional.

— Los que te conocemos desde tu parte humorística, desde tu impronta para hacernos divertir y reír, descubrimos en vos un sentimiento muy fuerte por nuestra música popular. ¿Cómo nace esa pasión?
— Por empezar soy hijo y nieto de músicos, mi abuelo era un gran violinista, se llamaba León Fontova, me viene de ahí; mi familia viene de músicos clásicos. Yo tocaba el piano y también clásico, pero cuando agarré una viola que me regaló una prima mía que se llama Susana, fue para tocar zambas y chacareras. Agarré la viola cuando tenía doce o trece años, pero antes tocaba el piano por mis padres, que eran músicos clásicos. Te estoy hablando allá por los años sesenta en el “top” del folclore. Y a partir de ahí me empecé a dedicar a tocar la viola, porque para mí la viola es “él” instrumento popular y empecé con el folclore hasta que después me empezaron a interesar otras cosas, los ritmos populares latinoamericanos, más la “cosa salsera” pero siempre grabé un par de temas folclóricos en todos los discos. En el último que saqué en el 2004, ya hay cinco. Está “Zamba de la toldería”, creo que es mi zamba favorita, donde hablan los indios en primera persona y viste que yo te contaba como “verdugeo” a la gente… siempre le dedico “Zamba de la toldería” a quien más amó a nuestros aborígenes: Julio Argentino Roca… ¡Ay sí!…(risas) porque él pagaba contra entrega de pares de orejas y de huevos de indios. Era lo más perverso que hubo y encima ¡lo pusieron en los billetes de cien pesos! (risas).
Un homenaje, qué ironía… el pobre Belgrano y San Martín están en los de diez y en los de cinco pesos… todo al revés…(risas) todo al revés…

— Y en esto de generar música, el camino te fue juntando con referentes populares como el caso de Peteco Carabajal, que compartieron cosas…
— Bueno, con Peteco somos viejos amigos. Él venía a tocar cuando hacía en mi boliche “Voces Paganas” allá por los ochenta y pico: me había asociado con los Gramajo y ahí empezó a venir toda la morenada (risas): Peteco, Jacinto Piedra y estábamos «meta y meta» y encima era parrilla también, boliche y parrilla y desde ahí, nos hicimos amigos con Peteco para toda la vida y hace un par de años hicimos dos Trastiendas que era “Peteco-Fontova”. Estuvo buenísimo, porque estábamos los dos con dos violas «solitos», cuarenta minutos hinchando los huevos, de hacer “lo que pintaba” y hablar y mucho humor y después, cada uno con su trío y todos juntos al final, ¡hacíamos un “bolonqui”…!

— ¿Cómo viviste ese momento?
— Impresionante… Imaginate lo que era para mí laburar con un tipo como Peteco, con un Carabajal: un honor. Yo soy un «porteño de ley», nací en Plaza Lavalle, en pleno centro, a dos cuadras del obelisco a pesar de que mi viejo era Salteño y músico clásico, pero también “folcloreaba” como nadie y cantaba muy bien. A lo mejor me viene de ahí la veta, pero te vuelvo a repetir, laburar con tipos como Peteco… es maravilloso.
Hace un par de semanas fuimos a hacer un homenaje a Falú, con Lito Vitale, Jairo, Pedro Aznar, Miguel Cantilo y todos haciendo piezas de Falú y Dávalos… ¡Ah!… no sabes qué placer, hermano… pero ¡de aquellos…!

— ¿Estás desarrollando un espectáculo en Capital Federal?
— En Agosto tengo que ver porque estoy solo con la viola… a mí me gusta porque tiene su encanto estar solo con la viola y en un Café Concert, por la cuestión humorística, pero lo que más me gusta es tocar con los muchachos, con el trío.

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— Proyectándonos en el tiempo ¿Qué tenés pensado hacer?
— Bueno, ahora estamos trabajando en un nuevo disco que se va a llamar “Folkloreando y otras yerbas” con grandes clásicos y con artistas invitados. En el disco anterior estaban León Gieco, Peteco, obviamente, Lito Vitale, Liliana Herrero, Liliana Vitale, Levinson, el violero de “Los Redondos”, Daniel Melingo, Esteban Morgado… todo un seleccionado y para este próximo disco también van a participar amigos.

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